domingo, 31 de mayo de 2009

Mega Ofrenda UNAM, 2007





"La posada de Posada"

Antecedentes.

A partir de la circular DGIR/SAEV/0064-2007 invitando al 10ª Festival Universitario del Día de Muertos, iniciamos las reuniones para crear un proyecto con el que pudiéramos participar en dicho evento. A través de lluvia de ideas, y luego de que los alumnos presentaron varias propuestas, en consenso escogimos realizar una instalación en la que sintetizáramos todas nuestras ideas sobre el grabador mexicano José Guadalupe Posada.



Basándonos en el libro Posada. Un artista en blanco y negro de Agustín Sánchez González, publicado por CONACULTA, decidimos que un homenaje digno de este personaje sería aquel que rompiera con las formas tradicionales de concebir una ofrenda, así como con las ideas que tenemos de Posada, ideas que lo han hecho un símbolo nacional, tanto como sus personajes, quienes enriquecen año con año nuestra celebración del Día de Muertos.

Queríamos ir más allá, a donde se encuentra Don Lupe, el ser humano, “el artista que no se creía tal”.



El proyecto original era la instalación de un laberinto de mazes titulado "Recorriendo a Posada" sin embargo fue rechazado por los organizadores de la Mega Ofrenda por cuestiones técnicas. El proyecto que presentamos fue el de crear una lápida para honrar a Posada puesto que después de muerto sus restos fueron depositados en una fosa común junto a "las calaveras del montón".

Después de intercambiar opiniones acerca de José Guadalupe Posada, su obra y su legado, llegamos a la conclusión de que no deseábamos hacer una ofrenda típica, ni siquiera estilizando sus elementos. Nos dimos cuenta que la frase con la que inicia el libro Posada. Un artista en blanco y negro: “Posada nació en la misma fecha en la que murió Don Lupe”, encerraba la esencia de lo que en realidad queremos transmitir.

José Guadalupe Posada es más que un icono de la lucha de clases, supera el nacionalismo y trasciende a La Catrina. Es un intrincado laberinto, lleno de contrastes, un observador sagaz que supo cómo llevar con ironía y burla la realidad política y social de un país emergente, de la única forma en la que podía hacerlo: la gráfica y el humor.

Así pues, queríamos llevar al espectador a enfrentarse con el alto contraste, blanco y negro, bueno y malo de una vida de soledad que sacaba lo mejor de sí a través de líneas sobre metal. Nuestro homenaje va más allá de lo material (panes, dulces, frutas), es una búsqueda por reivindicar al ser, iluminando su camino junto a sus “calaveras del montón”, un modo de plasmar su tristeza y su dicha con aquellas que en “gran fandango y francachela” cada 2 de noviembre salen a celebrar, tratando de olvidar que al final “calaveras somos todos, desde los poderosos hasta la gente del pueblo que se emborracha y baila con la calaca”.

Objetivo general.

1.Nuestra intención primordial era crear el ambiente adecuado para provocar una experiencia visceral y conceptual en un espacio enigmático.
2.Develar una faceta poco conocida de la vida de Posada.
3. Aplicar los elementos básicos de las artes y sus técnicas en la creación de un proyecto colectivo.

Dimensiones.
6 metros de frente por 5 metros de lado y 1.50 metros de alto.



Participantes.
8 alumnos del grupo 4010 del Colegio Oviedo Schönthal de la Ciudad de México.